Hace más de un año decidí probar un par de zapatos de la marca native peru, motivado principalmente por la fama que tenían en redes sociales como calzado cómodo, liviano y resistente al agua. En mi día a día, me muevo constantemente entre la ciudad y zonas periféricas, así que necesitaba algo práctico, resistente y fácil de mantener limpio. Después de este tiempo de uso, puedo hablar con total claridad desde la experiencia real de un consumidor que valora más la funcionalidad que las tendencias.
Ligereza y resistencia al uso constante
Lo primero que noté al probarme las zapatillas fue lo increíblemente ligeras que eran. Al principio, incluso dudé de su resistencia. Pensé que algo tan liviano no podía durar mucho, pero con el paso de los meses, los zapatos demostraron todo lo contrario. He caminado con ellos por pavimento caliente, caminos de tierra, incluso durante lluvias fuertes, y la suela permanece intacta, sin pérdida de tracción. Esto se debe en gran parte a su estructura de espuma EVA, que absorbe bien el impacto y es sorprendentemente flexible sin deformarse.
También tengo un par de native botas que uso cuando tengo que visitar terrenos más irregulares o húmedos. Son igual de cómodas, aunque con un poco más de estructura en el tobillo. Lo que valoro de ellas es que no pesan como unas botas tradicionales, pero sí ofrecen la protección que necesito. No retienen humedad ni malos olores, lo que es clave para mí.
Durabilidad de los materiales frente al clima peruano
Viviendo en Lima, uno se enfrenta a la humedad, el sol salino de la costa y la suciedad de la ciudad. Este clima pone a prueba cualquier material. En el caso de Native, el polímero utilizado (básicamente una espuma inyectada de célula cerrada) tiene un rendimiento muy superior al de otros zapatos plásticos que he usado. No se agrietan, no se amarillean y lo mejor: se limpian con solo pasarles un paño húmedo.
También me ha sorprendido la resistencia del color. Muchos calzados plásticos pierden viveza con el sol, pero los Native mantienen tonos intensos incluso después de meses. En el caso de los modelos para niños —como los native shoes para niños que compré para mi sobrina—, los colores siguen tan vibrantes como el primer día, y eso que los usa para correr, saltar, ir al parque o al colegio.
Ventilación y confort prolongado
Un aspecto que no siempre se menciona en otros zapatos es la ventilación. Los Native tienen microperforaciones bien ubicadas que permiten que el pie respire. En mi caso, eso ha hecho una gran diferencia en los días calurosos, ya que rara vez tengo esa sensación de “pie encerrado” tan común en zapatos sintéticos.
Además, el diseño anatómico del calzado permite que se adapte al pie sin necesidad de plantillas adicionales. La plantilla interna es de una textura suave y moldeada que no se despega ni se rompe, incluso tras muchos usos. Para alguien como yo, que camina bastante, esto es una característica esencial.
Ideal para un estilo de vida activo
No soy deportista, pero sí soy una persona activa que prefiere caminar a tomar transporte. Los Native se han convertido en mis compañeros diarios por su facilidad de uso. No tienen cordones, no tengo que preocuparme si llueve, no me molestan después de largas caminatas y no requieren cuidados especiales.
Los he usado tanto para paseos urbanos como para escapadas improvisadas al campo o la playa. Y en todos los casos han respondido bien. Esto me ha llevado a confiar también en los modelos para los más pequeños de la familia. Los native shoes para niños tienen diseños que, además de bonitos, soportan el uso intensivo sin problema. Como adulto, me da tranquilidad saber que no necesito estar comprando otro par cada dos meses.
En resumen, para quienes buscamos practicidad, durabilidad real y materiales que realmente cumplan lo que prometen, Native Perú se ha ganado mi confianza. Sin alardes ni complicaciones, es un calzado que se adapta a la vida diaria sin fallar en lo esencial.